En Tabarez Vitrofusión, transformamos el vidrio en arte, combinando creatividad, sostenibilidad y amor por la naturaleza. Somos una empresa familiar ubicada en el corazón de Santa Regina, un pequeño pueblo en Colonia Valdense, Uruguay. Aquí, en un rancho de más de 100 años, recolectamos vidrio de vidrierías y del aporte de quienes nos rodean para darle una segunda vida. Cada pieza que creamos es única, pintada a mano y cuidadosamente fundida en nuestro horno, con el objetivo de convertir lo cotidiano en algo extraordinario.
Desde nuestros inicios humildes en este rincón de paz, rodeados del sonido de los pájaros y la energía especial de nuestra tierra, hemos crecido sin perder nuestra esencia. Ahora, nuestros productos, que van desde lámparas hasta porta sahumerios y fuentes, se pueden encontrar en más de 10 locales en todo Uruguay, incluyendo el prestigioso Portones Shopping, e incluso han llegado a Brasil.
Lo que nos impulsa no es solo la creación de piezas de arte, sino también nuestro compromiso con el reciclaje y el respeto por el medio ambiente.
Quiénes somos
Cómo lo hacemos
En nuestro compromiso con la sostenibilidad y la creatividad, transformamos vidrio reciclado en piezas únicas y funcionales. Nuestra jornada comienza cuando recibimos vidrio de ventanas rotas que nuestros las personas traen, así como sobrantes de vidrierías locales. Este material, que de otro modo podría haberse desperdiciado, es cuidadosamente seleccionado y tratado para darle una nueva vida.
Cada pieza pasa por un proceso meticuloso: desde la limpieza y el corte del vidrio hasta su fusión y moldeado en formas elegantes y útiles. Trabajamos con dedicación y pasión para garantizar que cada creación no solo sea hermosa, sino también respetuosa con el medio ambiente.
El Viaje
Este viaje que comenzó hace 14 años ha sido una aventura increíble, llena de personas maravillosas que han dejado huella en nuestro corazón y en nuestro camino. Han sido años de idas y vueltas, de algunas mudanzas y, sobre todo, de una constante sensación de sentirnos en casa. Las risas compartidas, los contratiempos superados y las corridas inesperadas han sido parte también de esta travesía.
Y aunque el viaje ha pasado rápido, nos hemos detenido a contemplar infinidad de atardeceres, apreciando cada momento de paz y belleza que nos ha regalado la vida. Miro hacia atrás y me asombra todo lo que hemos recorrido, con la certeza de que, aunque hemos avanzado mucho, esto recién empieza.
Porque nuestro viaje no se detiene, y seguimos adelante con el mismo entusiasmo y amor que nos ha guiado desde el principio. A cada paso, hemos encontrado almas afines que han enriquecido nuestra historia, y este recorrido sigue siendo una fuente inagotable de inspiración y gratitud.